La empresa bisutera mahonesa tiene previsto trasladar en septiembre su producción a una nave de 2.200 metros cuadrados que se levanta en la actualidad en POIMA
Una imagen virtual del aspecto exterior que tendrán las nuevas dependencias de la empresa bisutera CATISA
Las modernas instalaciones dispondrán de dos plantas y en ellas se ubicará, además de las oficinas y los departamentos comercial y de diseño, la maquinaria de última tecnología adquirida recientemente a la empresa vasca Industrias Aguinagalde, INDAGUI.
A.M.O.
Las modernas instalaciones dispondrán de dos plantas y en ellas se ubicará, además de las oficinas y los departamentos comercial y de diseño, la maquinaria de última tecnología adquirida recientemente a la empresa vasca Industrias Aguinagalde, INDAGUI.
A.M.O.
CATISA tiene previsto trasladar en septiembre su producción a una nueva nave de 2.200 metros cuadrados que se levanta en el Polígono Industrial de Maó. De esta forma, la firma bisutera da un paso más para desarrollar sus aspiraciones de modernización, después de hacer frente a su deuda histórica y la reciente compra de los activos de la empresa vasca del sector, Industrias Aguinagalde, INDAGUI.
La nave es propiedad de Guillermo Gardés y CATISA la ocupará en régimen de alquiler, a la espera de que termine la ampliación de la IV fase de POIMA, donde ya estudia la compra de una parcela. "Las instalaciones disponen de la última tecnología en términos medioambientales y de racionalización de producción", explicó ayer Antoni Monserrat, el gerente de CATISA y ex director general de Economía del Govern. Aunque aún no se ha firmado el contrato de alquiler, la nave se está construyendo en función de las necesidades de la empresa bisutera:"La cuantía dependerá de las inversiones que hagamos también nosotros", comentó. Según los primeros bocetos, las instalaciones dispondrán de dos plantas; en la primera se ubicarán las oficinas, el departamento comercial y el área de diseño, y en la planta baja se instalará la maquinaria. Precisamente, en este lugar se buscará acomodo a la moderna maquinaria de alta tecnología adquirida este año a INDAGUI, lo que permitirá consolidar la producción actual. De momento, todo este material se encuentra en un almacén de 700 metros cuadrados, frente a la nueva nave. "En un futuro esa nave nos servirá para almacenar materias primas", indicó Monserrat. Incluso, existe el compromiso con un antiguo accionista, Antoni Roselló, para utilizar una parcela de 1.000 metros cuadrados de su propiedad, ubicada junto a estas naves.
"El futuro es invertir en tecnología y diseño"
Antoni Monserrat aseguró que los trabajadores se encuentran ilusionados por este inminente cambio. "Después de pasar cinco años esperando el día del cierre, ver que la empresa se consolida es una satisfacción", comentó. Una consolidación a la que contribuye la adquisición de la cartera de clientes de INDAGUI. En la actualidad, la entidad cuenta con 40 trabajadores, con un incremento de plantilla en el último año de un 14 por cien. Monserrat reconoce la dificultad del mercado bisutero ante la fuerte competencia asiática y advierte, "el único futuro posible es invertir en tecnología y diseño".
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