domingo, 16 de septiembre de 2007

Entrevista a en Toni: Catisa, un projecte personal








Entrevista a Antoni Montserrat"Catisa cerrará el año 2004 con beneficios"
Compromiso. El reto de Montserrat es enderezar Catisa
El nuevo director se propone relanzar la fábrica y darle justa estructura productiva
I.R.A..Maó
Antoni Montserrat Moll (49) acaba de iniciar este mes de septiembre su particular curso profesional como nuevo director de la empresa Catisa de bisutería.
Caprichos del azar, nació el mismo año en que se fundaba la empresa en Maó, pero fue sobre todo en su etapa como director general de Economía del Govern, cuando conoció los intríngulis de oscuras maniobras de traspaso de una empresa asentada en un solar más que codiciable.
Economista de profesión, especialista como es en cuestiones internas de empresa, se ha propuesto como reto personal el reflotamiento de la que ha sido una de las fábricas de más peso social dentro de la industria bisutera menorquina.
Durante la celebración de la feria Euro-Bijoux este fin de semana, Montserrat le ha tomado el pulso a las posibilidades de la empresa y su conclusión tiene signo positivo, hay base para la confianza.
­ Usted que está de estreno, ¿en qué situación ha encontrado la empresa después de los avatares a la que se ha visto sometida en los últimos años?
­ Catisa ha superado la gran crisis por la que atravesó. Está consiguiendo estabilizarse y ha tenido la gran suerte de la estructura humana sobre la que se apoya y que está muy equilibrada.
­ ¿Qué dimensiones tiene la plantilla actual?
­ La misma que en los últimos años, 37 personas, una más conmigo. El anterior propietario optó por una reestructuración importante, que provocó unas pérdidas enormes. En estos momentos no hay necesidad de reducir plantilla.
­ ¿Intuye, por tanto, buenas perspectivas para la marcha de la fábrica?
­ Así es. A pesar de que la situación general es complicada, tal y como van las ventas, no hay razones para reducir plantilla. En este trimestre habrá que abordar un plan de mejoras y ciertos cambios, pero yo diría que está bien encauzada y confío en que el año 2004 será mejor. Hasta es posible que necesitemos contratar a una o dos personas.
­ ¿Aires de continuidad?
­ En mi caso, que he conocido los datos desde otra perspectiva, creo que la empresa tiene posibilidades. A pesar de la gran losa y de los problemas con que carga esta empresa, heredados de etapas anteriores.
­ Una empresa con historia...
­ En 2004 va a cumplir 50 años. Y confiamos en poder celebrarlo.
­ ¿En la misma planta de producción?
­ Ahí estaremos mientras no haya un acuerdo con todos los implicados. Que para trasladar la planta siempre habrá tiempo.
­ ¿Qué hay de la propiedad?
­ La titularidad de la empresa es de sus antiguos propietarios, las familias Carretero y Timoner, que firmaron una opción de compra a favor de José María Drudis. Los trabajadores denunciaron a este último por estafa.
­ Está bien que recuerde el
caso...
­ Durante su etapa no hizo inversiones según era su compromiso, provocó una serie de pérdidas importantes. Pero encima había conseguido la opción de compra.
­ ¿En qué punto se encuentran los procesos judiciales abiertos?
­ Hay interpuesta una querella judicial por presunta estafa, que ya ha sido admitida a trámite y que en estos momentos se encuentra en fase de tomar declaraciones. El propio Drudis, entre otros, tendrá que ir a declarar este mismo mes en Barcelona. Entretanto, en Menorca, ya han ido a declarar diferentes personas, como Miquel Carretero...
­ ¿En defensa de sus intereses?
­ Es que los intereses de los antiguos propietarios coinciden con los de los trabajadores. Ellos también consideran que fueron estafados.
­ ¿Porque Drudis no cumplió sus compromisos de dar continuidad a la fábrica?
­ Claro, se había comprometido a invertir 180 millones de pesetas, relanzar la empresa y no hizo nada de eso.
­ Por tanto, los fundadores denuncian el incumplimiento de unos acuerdos que es lo que daba acceso a la compra de la fábrica por Drudis.
­ Eso es, sostienen que fue una operación fraudulenta montada única y exclusivamente para pegar un "pelotazo" inmobiliario.
­ Grande.
­ ¡Muy grande!
­ ¿Cuántos metros debe tener el local?
­ No lo sé, pero hablamos de una operación de muchos millones.
­ Ya, si es que es la manzana de oro de Maó.
­ Exactamente, era una operación redonda y lo peor de todo es que iba a ser un pelotazo a cambio de que 80 familias se quedaran en la calle. Porque antes hubo un despido de 40 personas, sin que Drudis hiciera ninguna aportación. Todavía en estos momentos Catisa está pagando a FOGASA, el Fondo de Garantía Salarial del Govern, aquel despido. O sea, algo impresentable desde el punto de vista ético.
­ ¿Qué se sabe de aquella sociedad interpuesta, que apareció en un momento del caso?
­ Sí, la empresa Put Towers, una empresa domiciliada en las Antillas holandesas, totalmente opaca, que no se sabe quién organizó, aunque cunde la sensación de que fue el propio Drudis quien la montó. Pero este asunto, su composición, está bajo secreto sumarial.
­ Esto es un culebrón. Hombres de paja...
­ Y sigue. Porque después lo vendió al actual propietario, Enric Perera, por una peseta. Una operación para que lo cerrara. Ahí es donde falló, porque la empresa continúa a pesar de que lo que se pretendía era una liquidación rápida y problemas fuera.
­ ¿Quién y cuándo le hizo a usted el ofrecimiento de dirigir Catisa?
­ Esto fue a finales de julio. Me lo ofrecieron los trabajadores.
­ ¿Sistema cooperativo?
­ No, la empresa sigue perteneciendo a Perera, pero el comité de dirección llegó a un pacto por el que es el mismo comité el que toma las decisiones. Perera interviene en algunas operaciones, en buena lógica de representación legal, pero no tiene nada que ver desde el punto de vista productivo.
­ ¿Tiene "el dueño" interés por la empresa o no?
­ Ha tenido problemas de salud y hace tiempo que había estado. Pero sí conserva interés. Además, tiene un documento firmado por el cual vende en cualquier momento la empresa a los trabajadores por una peseta.
­ Ahora ya serían fracciones de céntimo de euro, ¡una ganga!
­ Mi recomendación a los trabajadores ha sido siempre no aceptar ese traspaso hasta que no esté todo claro. Lo que no haremos va a ser cargar con unas responsabilidades que no nos corresponden. Es decir, el agujero económico, las posibles deudas, no han eclosionado aún.
­ No vaya a ser que les salga cara la peseta.
­ Porque de no ir con cautelas, aún resultará que se pueden librar de las pérdidas actuales.
­ ¿La empresa es eminentemente exportadora?
­ No, tiene exportaciones pero vende por toda España. Tiene una cartera de clientes muy sólida y muy diversificada. Lo he podido comprobarlo estos días en Euro-Bijoux. Me ha sorprendido, precisamente, el bajo nivel de impagados. Por tanto las pérdidas no vienen por aquí.
­ Está bien encauzada, entonces.
­ Sí lo está. Ha de mejorar la organización, pero es una empresa que tiene unas posibilidades enormes. Y puede recuperar el peso que siempre tuvo y tiene aún. Con casi 40 trabajadores de mano directa, con una trayectoria de casi 50 años, tiene un saber hacer y una capacidad muy elevada.
­ ¿Daría alguna cifra de facturación?
­ No por ahora, pero puedo asegurar que el año que viene esta empresa entrará en beneficios. Eso pretendo.
­ ¿No es grande su osadía?
­ Es un reto muy importante. Es lo que ha hecho que yo viniera aquí. Porque Catisa tiene unas connotaciones sociológicas muy importantes. Y hay un equipo de trabajadores, con unas ganas de que eso funcione, que impresiona.
­ ¿Dirigirá la empresa desde Menorca?
­ Aquí, sí. En Mallorca tengo mi despacho abierto y ya he rechazado trabajos porque para mí ahora la prioridad es Catisa.
­ ¿Y su contrato, cuánto dura? Porque el entusiasmo asomaba también en los inicios de la etapa Drudis.
­ Mi intención es muy sencilla: conseguir que Catisa se sitúe. El problema está con Seguridad Social y Hacienda, que en lo que se refiere a plantilla y proveedores hay estabilidad. Por tanto, mi intención no es quedarme, sino lanzar la empresa, proporcionarle una estructura nueva. Después me voy. Mi especialidad no es la gestión cotidiana, sino las situaciones difíciles.
­ ¡Vaya un compromiso!
­ Lo es. Mientras Catisa tenga problemas, me tendrán aquí.
­ ¿Cuándo cree que puede producirse el desenlace de este proceso?
­ Uno de estas características puede durar de tres a cinco años.
­ ¿La resolución judicial?
­ Me refiero a enderezar el rumbo. Cerrar con beneficios, pero tener estructuras consolidadas. Siempre y cuando el mercado responda y no haya 11-S, etcétera. Los procedimientos judiciales son largos.
­ La pregunta apunta a la previsión de un traslado de local.
­ Espero que la parte contraria se avenga a razones y se llegue a un acuerdo.
­ Con tanto en juego, parece que hay margen para pactar.
­ Yo, en su caso, buscaría el acuerdo.
­ ¿Han mirado locales alternativos?
­ Empezaremos a hacerlo.
­ ¿Qué espacio necesita la nueva Catisa?
­ Depende de cómo funcione el mercado, pero muy inferior al actual. Que lo de ahora es excesivo, casi insostenible y complica la gestión.
­ Sería muy bonito llegar a un acuerdo con la propiedad para un 50 cumpleaños feliz.
­ Sería precioso.

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