20/04/2006
La emblemática empresa mahonesa se trasladará en las próximas semanas a una nueva nave situada en el Polígono de Maó que cuenta con una superficie disponible de 2.000 metros cuadrados
Maria Solá.Maó
Tras varios años de penurias, en los que los problemas parecían sucederse de manera fatídica, CATISA levanta el vuelo otra vez. La emblemática empresa mahonesa se trasladará en las próximas semanas a una nueva nave situada en el Polígono Industrial de Maó e intentará dejar olvidados todos sus problemas en la antigua fábrica ubicada en la calle Sant Sebastià.
Precisamente ayer a primera hora de la mañana se llevó a cabo la demolición del muro que conecta la fábrica con la calle Madrid y que permitirá extraer la maquinaria pesada del interior de la nave. Según explica Xavier Borbolla, gerente de CATISA, el próximo lunes comenzará el traslado, que se llevará a cabo sin detener la producción en ningún momento y que, posiblemente, finalizará en un mes. "Como todo el mundo sabe, nuestros recursos son muy limitados, por lo que todas las máquinas que lleguen a la nueva fábrica se pondrán en marcha inmediatamente", asegura Borbolla. Hoy por hoy ya se ha acomodado en las nuevas instalaciones la maquinaria procedente de la empresa vasca INDAGUI que CATISA adquirió el pasado año.
Instalaciones
Las nuevas instalaciones, situadas en la calle de S´Olivar, cuentan con una superficie de 2.000 metros cuadrados aproximadamente, un espacio muy inferior al que han ocupado hasta el momento en el casco urbano. Por este motivo en la nueva nave prima la unificación de los espacios, un nuevo concepto con el objetivo de aprovechar al máximo la superficie.
La maquinaria y el almacén ocuparán la planta baja del edificio, mientras que en los altillos se situarán el departamento comercial y de diseño, el archivo, el despacho de dirección e incluso una biblioteca y una sala de reuniones. "Hay tantas ganas por parte de los trabajadores que estoy seguro que todo el mundo se adaptará rápidamente a las nuevas instalaciones", comenta Borbolla.
La nueva nave es propiedad de Guillermo Gardés y será ocupada por CATISA en régimen de alquiler. La idea a largo plazo es trasladarse a una parcela situada en la cuarta fase del Polígono Industrial de Maó aunque por el momento Borbolla se muestra precavido, "hemos de ir paso a paso, ya veremos con el tiempo si estas nuevas instalaciones son de paso o no".
El objetivo principal de la empresa una vez instalada en la nueva fábrica será apostar por el diseño, la calidad y la rapidez en el servicio. Según Borbolla diferenciarse a través de estos conceptos es la única clave para competir con la producción de los países asiáticos.
La empresa bisutera cuenta actuamente con un total de 38 trabajadores, cuya media de edad se sitúa por encima de los 50 años. Por este motivo otro de los objetivos de CATISA a medio plazo es contratar gente joven que garantice el futuro de la empresa.
Oportunidad
"Tenemos una nueva oportunidad y no la vamos a dejar escapar", aseguró el gerente de CATISA, "porque sabemos que no contamos con ningún margen de error y que hemos de empezar desde cero".
La ilusión y las ganas de continuar hacia delante dejando atrás los malos tiempos predominan hoy por hoy entre los trabajadores. Lo que está claro es que todos han mostrado su compromiso y lealtad hacia CATISA, luchando y esforzándose hasta en los momentos más duros.
El nuevo proyecto "puede salir bien o mal, eso es una incógnita, pero por ganas y fuerza nadie nos parará", sentencia Xavier Borbolla.
Maria Solá.Maó
Tras varios años de penurias, en los que los problemas parecían sucederse de manera fatídica, CATISA levanta el vuelo otra vez. La emblemática empresa mahonesa se trasladará en las próximas semanas a una nueva nave situada en el Polígono Industrial de Maó e intentará dejar olvidados todos sus problemas en la antigua fábrica ubicada en la calle Sant Sebastià.
Precisamente ayer a primera hora de la mañana se llevó a cabo la demolición del muro que conecta la fábrica con la calle Madrid y que permitirá extraer la maquinaria pesada del interior de la nave. Según explica Xavier Borbolla, gerente de CATISA, el próximo lunes comenzará el traslado, que se llevará a cabo sin detener la producción en ningún momento y que, posiblemente, finalizará en un mes. "Como todo el mundo sabe, nuestros recursos son muy limitados, por lo que todas las máquinas que lleguen a la nueva fábrica se pondrán en marcha inmediatamente", asegura Borbolla. Hoy por hoy ya se ha acomodado en las nuevas instalaciones la maquinaria procedente de la empresa vasca INDAGUI que CATISA adquirió el pasado año.
Instalaciones
Las nuevas instalaciones, situadas en la calle de S´Olivar, cuentan con una superficie de 2.000 metros cuadrados aproximadamente, un espacio muy inferior al que han ocupado hasta el momento en el casco urbano. Por este motivo en la nueva nave prima la unificación de los espacios, un nuevo concepto con el objetivo de aprovechar al máximo la superficie.
La maquinaria y el almacén ocuparán la planta baja del edificio, mientras que en los altillos se situarán el departamento comercial y de diseño, el archivo, el despacho de dirección e incluso una biblioteca y una sala de reuniones. "Hay tantas ganas por parte de los trabajadores que estoy seguro que todo el mundo se adaptará rápidamente a las nuevas instalaciones", comenta Borbolla.
La nueva nave es propiedad de Guillermo Gardés y será ocupada por CATISA en régimen de alquiler. La idea a largo plazo es trasladarse a una parcela situada en la cuarta fase del Polígono Industrial de Maó aunque por el momento Borbolla se muestra precavido, "hemos de ir paso a paso, ya veremos con el tiempo si estas nuevas instalaciones son de paso o no".
El objetivo principal de la empresa una vez instalada en la nueva fábrica será apostar por el diseño, la calidad y la rapidez en el servicio. Según Borbolla diferenciarse a través de estos conceptos es la única clave para competir con la producción de los países asiáticos.
La empresa bisutera cuenta actuamente con un total de 38 trabajadores, cuya media de edad se sitúa por encima de los 50 años. Por este motivo otro de los objetivos de CATISA a medio plazo es contratar gente joven que garantice el futuro de la empresa.
Oportunidad
"Tenemos una nueva oportunidad y no la vamos a dejar escapar", aseguró el gerente de CATISA, "porque sabemos que no contamos con ningún margen de error y que hemos de empezar desde cero".
La ilusión y las ganas de continuar hacia delante dejando atrás los malos tiempos predominan hoy por hoy entre los trabajadores. Lo que está claro es que todos han mostrado su compromiso y lealtad hacia CATISA, luchando y esforzándose hasta en los momentos más duros.
El nuevo proyecto "puede salir bien o mal, eso es una incógnita, pero por ganas y fuerza nadie nos parará", sentencia Xavier Borbolla.
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